![]() |
Calle silencio Óleo sobre madera. 80x70 cm. 2022 Berto Martínez Tello |
Me preguntas (nos preguntas) si hubiéramos podido actuar de otra manera. No sé si te das cuenta de la pequeña locura que incluye esta duda. Y por lo tanto, su gran lucidez. Si hemos obrado así, si ya lo hemos hecho, no hubiéramos podido hacerlo de otra manera. En cada momento pensamos, hacemos, sentimos como somos capaces. No es posible de otro modo. Nuestro nivel de conciencia en cada momento, en cada decisión, es la que es y no cabe el lamento. Aunque tampoco la resignación. Hoy es siempre todavía, decía el Poeta. ¿Por qué no abrazar lo que hemos sido? O mejor aún: ¿por qué no abrazar lo que somos? Y comprenderlo, y amarlo. En esto el Nietzsche visionario atinaba una vez más: amor fati, la aceptación de lo que hay, sin esto no habrá nada nuevo bajo el sol, porque no habría ningún sol nuevo. Si no empezamos por ahí, querido amigo.
Lo mismo que tú, estoy cansado del ruido y de la falta de silencio, de la falta de intersticios, los huecos que nos den juego para poder vivir de otra manera. Y de las etiquetas simplificadoras, de las polarizaciones, cansado de ver cómo proyectamos fuera nuestras sombras y carencias, esperando que todo el bien nos venga dado u otros nos lo den. Ningún comienzo nuevo nos vendrá, como nunca nos ha venido, si no abrazamos el misterio, su presencia. Si no abrazamos el no-saber para saber; el no-hacer para hacer. Sin una actitud (un desde-donde miramos) diferente, me temo que continuaremos dando vueltas dentro del mismo círculo. Asumir que la rosa es sin porqué, que florece porque florece, nos dejaba dicho el místico Angelus Silesius. Un cielo que no puede ser explicado, porque ha de ser contemplado y realizado primero dentro de uno mismo.
El cielo estrellado sobre mí y la convicción moral en mí; estos dos misterios movían en Immanel Kant su reflexión. Por lo que veo también a nosotros, que estamos dialogando. Dejémonos incitar e incitaremos. Porque nuestro poso, como seres humanos, es común. ¿No tendríamos que partir también de ahí? ¿Sentirnos frutos separados, adónde nos lleva, a qué mundo nos está llevando? Solamente hay que mirar alrededor... Va mal el mundo y se avecinan tiempos oscuros, lo peor de la Historia (que se repite y se repite, que se convierte en una huida permanente, si no nos miramos), lo peor puede concitarse para que nos estrellemos, y no precisamente contemplar las estrellas. Está convencida Mónica Cavallé, y yo con ella, quizás tú también, de que la vida buena, que incluye el autoconocimiento y la autorrealización, supone el tránsito desde una “conciencia de separatividad” a “una conciencia de unidad”. Comprendido esto y ejercido, ¿qué nos podría salir mal?
Antonio Sánchez
Gracias
ResponderEliminar