Fuente Hondera (Capileira)

15 octubre 2025

Sobre la democracia 5/8

 


Apunta muy alto esta pretensión, amigo mío. 

En primer lugar, reconocer que la democracia es el mejor sistema de gobierno no implica que ese sistema haya llegado a su forma más depurada, ni mucho menos. Ya hemos comentado que la historia nos ha mostrado diferentes manifestaciones del sistema democrático, y algunos de ellos serían inasumibles en la actualidad.

Me vas a permitir que haga una foto en negativo de la democracia, puesto que me resulta más fácil definir lo que no es o no debe ser una democracia en nuestro tiempo.

Un sistema democrático no debe legislar contra la naturaleza profunda del ser humano. [Esto significa que todo el cuerpo legislativo debe respetar la condición natural de la vida en todas sus manifestaciones, por un lado; mientras, por otro, debe favorecer y garantizar todas las formas de cooperación posibles entre humanos, y entre humanos y otras especies.]

Solamente eso, a mi entender, tiene una serie de implicaciones ineludibles.

Un sistema democrático no debe consentir ni promover la desigualdad. [Esto es incompatible con los preceptos fundamentales del capitalismo. Un ejemplo de ello es la propiedad privada. Si reconocemos la igualdad de derechos desde un punto de vista «interespecies» solamente podemos reconocer el derecho de usufructo de los bienes; en ningún caso la propiedad privada.]

Un sistema democrático no debe reducir la participación del ciudadano al simple hecho de votar o incluso abstenerse de ello. [La calidad del sistema es directamente proporcional al nivel de compromiso individual y colectivo con la mejora del propio sistema, y de empatía hacia todas las formas de vida. Por tanto, la participación no es una opción, sino un imperativo.]

Un sistema democrático no debe entregar el poder a instituciones públicas ni mucho menos a cualquier otra organización privada. [El uso del poder ha de ser por delegación —limitada temporalmente— solamente a instituciones públicas y bajo férreo control de todos los ciudadanos. Aquí la dimensión es clave. No parece tener sentido que existan entidades que detenten un poder de ámbito planetario: gobiernos de países de más de cinco o diez millones de habitantes o empresas con un nivel de facturación mayor al PIB de muchos países. Todo debe ser de una dimensión razonable, más allá de la cual se constituyan en asociaciones o federaciones.]

Un sistema democrático no debe consentir el engaño o la falsedad. [Es una tarea muy difícil. Quizá la única forma de perseguir el engaño o la falsedad es perseguir a quienes se benefician de estas lacras. Si se pretende un cambio de ley o de normativa, la primera pregunta que debe plantearse y demostrarse es a quién beneficia. La democracia debe promover el beneficio común y solo el beneficio común.]

Un sistema democrático no debe ser cómplice de sistemas antidemocráticos, tanto en cuanto a países como a otras instituciones. [Ningún beneficio justifica esa complicidad. Sería un suicidio a largo plazo]

Y por último —de momento— un sistema democrático no debe ser intocable. [En la propia naturaleza de la democracia está la vocación de mejorar.]

Soy consciente de que esto no es más que una propuesta limitada, pero creo que ya sería un gran paso si se cumplieran estos preceptos. La foto en negativo necesita positivarse y eso te toca a ti, Antonio.

José Luis Campos




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