01 julio 2025

Sobre el sufrimiento 3/8

Atardecer desde el Mulhacén
Óleo sobre madera 50 x 50 cm. 2022
Berto Martínez Tello

Me gusta este apunte final sobre la conciencia de unidad. Y me apetece tirar del hilo que me ofreces al abrazar el misterio, porque creo que misterio y duda van de la mano. No deja de ser una escapatoria plausible para quien busca el sentido de la vida y no acaba de entender qué pinta en todo esto el sufrimiento o la mentira. Quien duda, quien reconoce que no es posible comprender todo, puede plantearse que nada es lo que parece.

Por tanto, el sufrimiento y la mentira tampoco son lo que parecen ser. Reconozco que es poco bagaje para afrontar esta senda oscura, pero ahí es adonde puedo conectar con el hecho de sentir la conciencia de unidad, que no es otra cosa que la inconsistencia de la individualidad. Si yo no soy solo yo, si somos invariablemente un todo, el sufrimiento no deja de ser otra cosa que un contrapeso en un complejo sistema en el que suceden simultáneamente placer, dolor, alivio, pesar, vida o muerte.

Seguro que puedes darme algo de luz sobre todo ello. 

Era por eso que yo te planteaba la idea de una Voluntad global (no personal; no necesariamente buena o mala en un sentido humano). Una voluntad es un sistema y es una conciencia de sí, una razón de ser en sí. Lo contrario sería una sinrazón. No veo una cosmología regida por la sinrazón, ¿no te parece?

El problema es que, aunque la teoría pueda construir una estructura de pensamiento en la que colocar cada elemento de la experiencia en su lugar, el vivir se pone tozudamente complicado día a día. Necesitamos herramientas para superar la debilidad que significa afrontarlo todo desde un yo terriblemente insuficiente. Y a mí no me sirve la falacia de la egolatría, de la sumisión o del poder. Entraría en contradicción con la conciencia de unidad.

¿Qué puedes ofrecerme?


25 junio 2025

Sobre el sufrimiento 2/8

Calle silencio
Óleo sobre madera. 80x70 cm. 2022
Berto Martínez Tello

Estimado amigo José Luis, si quieres como yo quiero, hablamos. No seremos ningún alter ego, uno para el otro, sino dos amigos que tratan de pensar juntos. ¿Y qué puede salir mal? La amistad (o philía aristotélica) es la cosa más noble del mundo, porque piensan juntos los amigos sintiendo lo que piensan, desde un interés desinteresado. ¿Qué podría salir mal? Si humanos somos y hacia lo humano vamos...

Me preguntas (nos preguntas) si hubiéramos podido actuar de otra manera. No sé si te das cuenta de la pequeña locura que incluye esta duda. Y por lo tanto, su gran lucidez. Si hemos obrado así, si ya lo hemos hecho, no hubiéramos podido hacerlo de otra manera. En cada momento pensamos, hacemos, sentimos como somos capaces. No es posible de otro modo. Nuestro nivel de conciencia en cada momento, en cada decisión, es la que es y no cabe el lamento. Aunque tampoco la resignación. Hoy es siempre todavía, decía el Poeta. ¿Por qué no abrazar lo que hemos sido? O mejor aún: ¿por qué no abrazar lo que somos? Y comprenderlo, y amarlo. En esto el Nietzsche visionario atinaba una vez más: amor fati, la aceptación de lo que hay, sin esto no habrá nada nuevo bajo el sol, porque no habría ningún sol nuevo. Si no empezamos por ahí, querido amigo.

Lo mismo que tú, estoy cansado del ruido y de la falta de silencio, de la falta de intersticios, los huecos que nos den juego para poder vivir de otra manera. Y de las etiquetas simplificadoras, de las polarizaciones, cansado de ver cómo proyectamos fuera nuestras sombras y carencias, esperando que todo el bien nos venga dado u otros nos lo den. Ningún comienzo nuevo nos vendrá, como nunca nos ha venido, si no abrazamos el misterio, su presencia. Si no abrazamos el no-saber para saber; el no-hacer para hacer. Sin una actitud (un desde-donde miramos) diferente, me temo que continuaremos dando vueltas dentro del mismo círculo. Asumir que la rosa es sin porqué, que florece porque florece, nos dejaba dicho el místico Angelus Silesius. Un cielo que no puede ser explicado, porque ha de ser contemplado y realizado primero dentro de uno mismo.

El cielo estrellado sobre mí y la convicción moral en mí; estos dos misterios movían en Immanel Kant su reflexión. Por lo que veo también a nosotros, que estamos dialogando. Dejémonos incitar e incitaremos. Porque nuestro poso, como seres humanos, es común. ¿No tendríamos que partir también de ahí? ¿Sentirnos frutos separados, adónde nos lleva, a qué mundo nos está llevando? Solamente hay que mirar alrededor... Va mal el mundo y se avecinan tiempos oscuros, lo peor de la Historia (que se repite y se repite, que se convierte en una huida permanente, si no nos miramos), lo peor puede concitarse para que nos estrellemos, y no precisamente contemplar las estrellas. Está convencida Mónica Cavallé, y yo con ella, quizás tú también, de que la vida buena, que incluye el autoconocimiento y la autorrealización, supone el tránsito desde una “conciencia de separatividad” a “una conciencia de unidad”. Comprendido esto y ejercido, ¿qué nos podría salir mal?


Antonio Sánchez



18 junio 2025

Sobre el sufrimiento 1/8


Calle Cerezo en luna llena
Acrílico sobre madera. 110 x 75 cm. 2020
 Berto Martínez Tello

Hace mucho tiempo que no escribo, amigo mío. Será porque las cosas se están poniendo feas por doquier. Casi siempre guardar silencio es la mejor manera de no perder los papeles. Pero el caso es que no dejo de pensar qué estamos haciendo mal. Porque uno ya tiene una edad y un bagaje tras de sí, y no acaba de estar claro si pudimos haber obrado de otra forma que hubiese sido más oportuna, más acertada.

Reconozco que estoy un poco harto del ruido, de las aglomeraciones (aunque sean virtuales); de reduccionismos de blanco o negro, de amigo o enemigo, de nativo o inmigrante. A veces, cuando las luces de los artefactos que cruzan el firmamento me dan un respiro, puedo observar todavía la inmensidad de un cielo que merece no ser explicado, un cielo que inspira el noble arte de la duda. Y así es como he llegado a este punto, con muchas preguntas sin respuesta aparente; con la necesidad de encontrar un alter ego que acepte el reto de un diálogo sincero, sin pretensiones. Ya me conoces. Un poeta que se siente filósofo llama a las puertas de un filósofo que se siente poeta. ¿Qué podría salir mal?

Ese cielo nocturno es el comienzo, una zona de desarrollo próximo, como diría el bueno de Lev Semyonovich Vygotski, donde la duda comienza a florecer en un hermoso y fértil aprendizaje. Para empezar, esto es lo que quiero decir: ¿por qué reducir todo eso a un simple dualismo entre materia y energía? ¿Acaso no sería más razonable pensar que tiene que haber un propósito? No hablo de simples dioses, no. Tenemos la mala costumbre de personificar ciertas cosas y eso induce a error.

Tal vez todo tendría más sentido si supiéramos que, además de materia y energía, hay voluntad, ¿no? Materia, energía y voluntad.


José Luis Campos